La tramitación de la Ley que establece medidas en contra de la discriminación o Ley Antidiscriminatoria ha tenido una larga tramitación en Chile. Desde el 2002 fecha en que se presenta al parlamento hasta el 2011 el proceso ha sido una muestra permanente de la fractura del pluralismo democrático que existe en este país.
A continuación algunos argumentos que sustentan lo anterior:
1.- La ley se presenta con 55 artículos; el presidente Ricardo Lagos devuelve un proyecto de 08 artículos.
2.- Las estrategias de los grupos fundamentalistas se basaron en tildarla como ley homosexual, lo que habla de la construcción de la diversidad sexual como enemigo, a la vez que inferioriza el derecho a la diferencia de otros grupos minoritarios. Ambas situación significan exclusión.
3.- Las voces de la diversidad no están incorporadas. Estas sólo fueron convocadas en junio del año 2006 y las indicaciones que realizaron a la ley no fueron consideradas. Por lo anterior el pluralismo de la ley lejos está de representar un consenso democrático, pues ni siquiera ha permitido el desarrollo del conflicto.
4.- Algunas organizaciones LTGB se arrogan el liderazgo de haber construido y movilizado la ley. Compleja situación, en el marco de los puntos que se describen, pues la incidencia política se ha transformado en subordinación, sobre todo, porque en gobierno de Piñera se intenta:
· Eliminar la prohibición de discriminación por género
· Se reduce la función estatal a lo meramente judicial, o sea los aspectos preventivos, entre otros, no son parte de esta Ley lo que siempre fue un sentido de la misma
· No se plantean acciones afirmativas, lo que es contradictorio con un enfoque pluralista cultural
· Se plantea sólo para efectos de la ley, o sea, no se hace en el marco de una prohibición general
El pluralismo de este modo está hecho a la medida del poder hegemónico
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